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miércoles, 4 de junio de 2008

Necesidad obliga


Lo sé. Necesidad obliga, el globo ya voló demasiado alto.

Nunca pensé que podría aprender a remontar globos. Tan grandes, plenos, ovalados, con su canastita. Como traídos de otra época. Lo que más me gustó de los globos es que no son para hacer ejercicio. No son para entrenar. Son solo para volar, para flotar, y para ir mirando. No tenemos que pensar en nada más. A menos que el fuego se vaya apagando, y sea el momento de bajar.

A eso me refería con necesidad obliga. No se puede vivir volando.
Pero pese a que su esencia me encanta, quisiera conservarla, haciendo que pudiesen volar por más tiempo. Me imagino los campos, el cielo, los pocos pájaros que lleguen tan, tan alto, y yo.
Por horas sin bajar, porque todavía, simplemente, no quiero. Y puedo ir leyendo, puedo ir pensando, puedo volar en un dos por uno, también con esta cabecita. Y así seguir y seguir, viendo solo verde y celeste, tan armoniosos, combinados, por un largo rato más.

Ya lo sé, ya lo sé, nunca volé en globo. Lo estoy inventando todo. Si lo hubiera hecho, podría describir cada milimésima de segundo, acerca de cada imagen captada. Pero no, lo sé, no es lo mejor que pude haber hecho. Sino, en este momento, no estaría sufriendo un poco, con el retumbe de que ¨lo sé¨, pero no puedo hacer nada. Salvo hacer de cuenta que cambió el tema, y también el humor, ¡y darle una perspectiva completamente diferente a todo esto!

¿Te quedaste pensando, eh? ¡De una punta del precipicio, de repente, te saltaste a la otra! Nada mal, teniendo en cuenta la diseminación del virus de moda, la famosa alergia viral al salto.

martes, 3 de junio de 2008

Necesito todos los colores

Ya la veo, a través de la ventana, con el piso de madera que me la borronea un poco, porque a su figura le da el reflejo del sol. Parece más claro el piso. Aunque sé que es porque está gastadito… ¿será por eso?
No importa, tiene las pisadas de toda su historia...

Ahí fue cuando ví todas sus hojas, desparramadas alrededor suyo….no le importa que la esté mirando. Ella tiene su propia magia. Agarra un lápiz de color, no veo cuál es. Quizás mejor la deje sola, para que solo sienta la luz del sol atravesándola, y sea entonces cuando el cuadro se pinte en su imaginación. Qué lindo lo que puede estar imaginando…¿¿será con el mar o será con el campo??
No tengo que ser ansiosa.

Claro, y ella mientras tanto, pensaba:
- ¿Y a quién le cuento acerca de tanta dulzura?
Soy una nena, pero finalmente me siento una incomprendida, porque ¡¡no se crean que los nenes pensamos diferentes a los adultos!! La única diferencia es que nos cuesta más sacarlo afuera. Expresarlo, decirlo de la misma manera. Igual, se creen claros, pero solo son todos unos locos que se creen que porque tienen el poder que los años le dieron, para expresarse mejor, tenemos que escucharlos más, creerles más, o tomarlos en serio!! ¡¡Pero por favor!! ¡¡¿¿A dónde están mirando, manga de engreídos!!??
Es lógico, juegan menos, piensan más, y entonces ya les sobra el tiempo y llegan a estas conclusiones sin sentido, que solo llegaron a eso por pensar se demasiado…
Mientras, igual, voy a seguir con lo que estaba.
Ya armé la parte del cielo, y del viento, lo pinté como si fuera una pincelada muy suave, que llegó hasta el piso, y lo pinté también un poquito, al piso...sí sí ¡queda lindo!. Ahora me toca la parte del verde, no puede faltar verde en este dibujo, porque después tienen que venir también los demás colores. ¡¡Cómo podrían faltar!! Con todos los que tengo para usar, todavía no sé por cuál decidirme, me parece que acaba de llover entonces, porque de repente hice que salga el arco iris!!, y ahí pongo todos los colores juntos, brillando…
Total, quién sabe en realidad cuáles son todos los colores del arco iris.
Estos hombres que viven en la nieve, ven tantos colores diferentes de blancos, que yo no puedo ver, y supongo que ellos entonces van a poder ver también un arco iris diferente al que yo pueda ver....
Uuufffff ya dibujé un montón. Le tengo que poner el nombre…mmmmmmmmmmmmmmmm se llamó.............................. ¡Necesito todos los colores!

lunes, 2 de junio de 2008

¿Guardamos el secreto?

Nosotros dos formamos parte de un mundo, y nos acabamos de enterar que solo existe para nosotros.

Nuestro mundo es único, y no podemos compartirlo con nadie más, nadie lo conoce.
Podríamos hablar de nuestra lengua, nuestras creencias, nuestro estilo de vida, nuestra historia, pero nunca tenemos la convicción de que existimos para los demás. Tenemos nuestras propias reglas, nuestra propia lógica, y quizás por eso nos pasa esto…no conocimos jamás nuestras propias creencias.
¿Como podrían saber de nuestro mundo los demás entonces?

Nunca nos dimos cuenta de lo que estaba pasando, hasta hoy a la noche.
Siempre pensamos que estábamos ahí, para ser vistos.
De hecho ahí estamos, totalmente expuestos, pero parece que nadie nos viera.

Fue también ayer a la tarde…porque todo tiene su correlación con algo anterior, porque todo empieza antes de que nos demos cuenta. Ayer a la tarde pensamos que podríamos habernos dado cuenta que había empezado. O quien sabe cuando…

Nos damos cuenta de que empezó, en un determinado momento, pero sabemos bien, nuestro recuerdo lo sabe, nuestra células también, que todo esto empezó mucho antes.
No hay comienzo…¿y el final?
Nadie se atreve a hablar concretamente de él, o sí…todos hablan de él, pero todos dicen algo diferente. Por eso mejor dejarlo para otro día. Imposible abarcar mi mundo en una sola noche.

Decía que parecía haber empezado la otra tarde.
Las tardes corren, son corridas, las persiguen, hasta que las apagan. Dan paso a la noche, se contraen y contorsionan lenta, pero inexorablemente. Ondulantes llamas naranjas me hablaron pausado, se les estaba acabando la voz, con una especie de distorsión sumamente molesta…
Y ahí sentí algo. Las tardes suelen mostrar atardeceres pausados, pero totalmente hermosos, de cielos coloreados por un gran pintor soñador, que mezcló todos los liláseos, anaranjados y grises que tenía a mano, Y de eso hizo nacer un único atardecer.

Esta tarde, diferente, me decía otra cosa. Hablaba fuerte, me aturdía con su silencio. Y me dijo que me vieron enfrente. Me vieron, notaron mi presencia, la nuestra, la de nuestro mundo.
¡Y me buscaron en el mapa de las galaxias! Pero nunca me encontraron.

Nosotros, que creíamos existir, de repente supimos que éramos invisibles, nunca recordados…no se puede recordar algo que no se sabe que existe.

Pero esa tarde me habló y yo le creí….le creo, y más a cada momento.
No estamos en la lista de mundos.
Pero adentro de esa maraña de palabras, igualmente, sí está nuestro mundo...todo depende de la edición.

Me sobra….te tengo, cerca, en mi mundo, hoy a la noche me di cuenta, o fue ayer a la tarde…o pudo haber sido antes. Nadie me lo puede decir, porque no se dice ni en las pocas palabras que hablen de nuestro país, de nuestro mundo.

¿Guardamos el secreto?
A mí me gustaría….